Eran tres náufragos, el alemán, el francés y el español. Varios dias ya en medio del mar y desfallecían de hambre. El aleman, hombre practico y cabal, sacó su cuchillo y dándose un tajo en una nalga dijo: Ante todo la supervivencia, hoy comemos chuletón. A los dos dias, el hambre comenzaba a hacer mella de nuevo, entonces, el frances ( No iba a ser menos, la Grandeur y esas cosas ) dijo: Venga esta noche cenamos pernil y de un tajo se rebanó medio muslo. Pasaron otro par de dias y el español pensando que le tocaba el turno, comenzó a bajarse la bragueta, viendo esto el alemán dijo: Oh! salchicha de Frankfort, gran idea, a lo que contestó el español:
Eso para otro dia, por esta noche biberoncito para todos y a dormir.