Bueno , primero de todo decir que esto de los relatos no es mi fuerte, así que espero no defraudar mucho a la peña, y sobre todo perdonar las faltas de ortografía, que seguro que haberlas ahilas.
La semana pasada y después de leer por aquí en el foro tanto sobre Mónica, me decidí a ir a visitarla.
La llame por teléfono y quedamos a una hora determinada, estaba muy intranquilo porque a pesar de haberla visto en las fotos del foro, uno nunca sabe realmente lo que se va a encontrar y después de haber hablado por teléfono con ella, me pareció una chica de lo mas normal.
Llegue a su pisito, por cierto un 10 de lo mono y limpio que esta todo, nos presentamos y me paso para un cuarto que es donde la los masajes.
Me dijo que podía ir quitándome la ropa, que ella vendría en un momento, y así fue, me fui quitando la ropa y me tumbe en la camilla cara abajo.
Al rato llego ella y me empezó a dar unos suaves masajes por la parte de atrás de las piernas, y no veáis el morbo que eso tenia para mi, porque cada vez sus manos llegaban mas arriba y arriba y a mi se me respigaba todo el cuerpo, no se para poder describirlo era algo mezclado entre nerviosismo y placer al mismo tiempo, bueno el caso es que a mi me estaba prestando la situación la hostia.
Después de terminar con las piernas empezó a darme el masaje por la espalda, y en un momento dado se puso delante de mi y sus braguitas estaban delante de mi cara, que la verdad desee tener la lengua como la picha del nacho vidal, aunque no se si me atrevería en ese momento, la situación era de un morbo total.
Después de un buen rato de masajearme bien por la espalda me mando que me diese la vuelta, cosa que hice al instante porque lo estaba deseando.
Entonces empezó a darme el masaje por la parte de las piernas y sus manos otra vez al terminar hacia arriba cada vez se acercaban mas y mas a mis genitales, lo que a mi me ponía a 100.
Después me empezó a masajear por la parte de los pechos y hay ya no me pude resistir a sus encantos y me puse como un burro.
Ni yo mismo pensé que me podía empalmar de esa manera, pero así fue, bueno entonces empezó a bajar sus manos hasta que me cogio y la empezó a masajear, joder como la masajea, entre el aceite que te da y los movimientos de sus manos la verdad que si no piensas en alguna desgracia te corres cagando hostias.
Mientras me la estaba masajeando me dijo que yo podía tocarla si quería, coño ya lo creo que quería, pero esa fue mi perdición porque entonces al poco tiempo ya no pude aguantar mas y descargue.
Después de haber echado mas leche de la que yo me hubiese imaginado, me dijo que si me quería dar una ducha que me la diese..
Me duche, me despedí de ella y espero ir a dar otro masaje por lo menos tan bueno como el del otro día.
Bueno compañeros y eso es todo, espero que si alguien estaba indeciso sobre ir a visitarla o no, mi relato le haya servido de algo.
Y ahora me la voy a ir a menear otra vez, pensando en Mónica.
SALU2