La monja

Publica tus relatos subidos de tono.

Moderadores: Eduardo, twilight_32, Cisne

Avatar de Usuario
Camelador
Baneados
Baneados
Mensajes: 56
Registrado: Jue May 18, 2006 13:09
Ubicación: Villamelocojones en Almibar

La monja

Mensajepor Camelador » Lun Ago 11, 2008 11:32

Estaba en la oficina tranquilo, era un día más, cuando llamaron a la puerta y la secretaria me anunció que la monja del convento que había llamado el día anterior estaba en la antesala para la cita que había reservado para hoy. Le dije que pasara, pensando que era una de esas monjas viejas y feas que siempre venían a consultar sobre sus casos. Sin embargo grata fue mi sorpresa cuando ingresó una monjita relativamente joven, tendría unos cuarenta años aproximadamente, y a pesar del hábito que traía, se notaba que debía tener un cuerpo de impresionante. Lo que realmente me sorprendió era que a pesar de ser joven, era la superiora del convento que había cerca de la oficina.
Ella me consultó sobre unos inquilinos que quería desalojar, y mientras me explicaba el caso, yo no dejaba de mirar esos labios carnosos y sensuales que a medida que hablaba me imaginaba la maravilla que sentiría si me la estuviera mamando, movía la boca tan sensual que de inmediato tuve una erección enorme que casi rompe la bragueta del pantalón, además del sube y baja de sus senos que por poco me lanzo a tocárselos.
Estaba tan absorto en mis pensamientos que no le presté atención a lo que me decía, y cuando terminó de hablar regresé a la realidad y le dije que no habría problema que me haría cargo de su caso, y quedamos que al día siguiente yo la visitaría en su despacho del convento para que me firmara algunos papeles para poder iniciar los tramites.
Al salir noté bajo el hábito, el bien formado y delicioso trasero de la monjita, que no era muy alta, al ponerme de pie ella notó mi erección y se sonrojó, a la vez que observé que miraba mi bragueta, lo cual me sorprendió mucho.
Al día siguiente, llamé en la puerta del convento, y mientras entraba al mismo escoltado por una de las monjas, no dejaba de pensar en la superiora y en lo que le haría si no fuera religiosa. Llegué a su despacho y me recibió cordialmente, ordenando a mi escolta que cerrara la puerta y que nadie la molestara por que tenía que resolver un problema legal.
Coloqué los documentos sobre la mesa, ella los firmó, y luego me miró con esos ojos cautivadores y excitantes, y me dijo: "Señor, tenemos un problema, no tenemos dinero para sus honorarios, y no se cómo pagarle por sus servicios". Le dije que no se preocupara que tenía la obligación de ayudarlas en lo que fuera necesario y que por el dinero no se preocupara.
Ante ello se puso de pie y sin decir nada se me acercó, y al oído me dijo que ella "sabía" como pagarme por el servicio, para ello yo seguía sentado en el sillón frente a su escritorio, y nuevamente sentí una enorme erección de mi pene. La superiora se colocó a un metro de donde me encontraba y empezó a sacarse el hábito lentamente, mientras yo miraba su hermoso cuerpo, no llevaba nada debajo, tan sólo su hábito que cayó por el suelo. Se me acercó y empezó a quitarme la ropa, al principio con cuidado y luego con desesperación, estaba que no cabía en sí de lo excitada que se encontraba, la ayudé a desvestirme para quedar tan solo con la camisa, ella se apoderó de mi pene que estaba mas duro que el día anterior, y empezó a metérselo en la boca chupando con desesperación, no podía creerlo, me estaba tirando a una monja, su lengua se movía a una velocidad increíble y ronroneaba con gusto, lo que producía una sensación magnífica en todo mi pene, me sentía en la gloria, ella sabía aplicar la presión justa a mi polla y disfrutaba de lo que me hacía, casi me vengo en su boca y la aparté cogiendola por sus brazos y hechandola en el diván que había en su despacho, le abrí las piernas y con sorpresa me encontré con una vagina afeitada y perfumada, eso me excitó aun más y empecé a comer todo lo que por allí encontraba, sentía como sus jugos salían de su interior y chorreaban por sus partes llegando a su ano chiquito y parduzco, le dí una lamida desde el ano hasta el clítoris y dio un grito de excitación, de pronto sentí como me cogía del pelo y apretaba mi cabeza contra su vagina a la vez que emitía unos gemidos prolongados mezclados con unos grititos entrecortados, casi chillidos, estaba teniendo un orgasmo descomunal y que baño literalmente mi cara, sorbí lo más que pude del interior de la monja, estaba lista para el combate.
Sin decir nada la senté sobre mi pene y ella se dejó caer, que cintura se manejaba, mientras la penetraba en esa posición me dediqué a tocarle las tetas tan grandes que tenía, ella se movía en círculos y luego en un sube y baja lento para aumentar la velocidad a medida que la excitación subía, la eché de costado y empecé a penetrarla lentamente, ella gemía de placer al sentir un pene en su interior, la hice voltearse y la penetré en la posición normal, hice que se me colgara del cuello y la levanté cargándola y penetrándola, era tan pequeña, casi del tamaño de una adolescente que no tuve mayor problema en cargarla y follarla de esa forma, eso la excitó más y empezó a gemir fuerte señal de que tenía su segundo orgasmo, esta vez con mi pene dentro suyo, fue largo y prolongado.
Pero yo quería más, así que la coloqué de cuatro patas sobre su sillón y coloqué la punta de mi pene en la entrada de su ano, me dijo que por allí era virgen y que nadie la había penetrado, yo le contesté que no se preocupara que lo haría con cuidado, ella asintió por lo excitada que estaba, ya no le importaba lo que le hacía, metí mi pene en su vagina para lubricarlo y se lo coloqué en la entrada del ano, empecé a relajarla despacio, jugando con su columna vertebral, mientras que su ano se habría a cada empujón que le daba, , había entrado la cabeza y sentía su calor interior en la punta de mi pene, ello permitió que de un solo empujón se la encajara hasta la mitad, me dijo que se la sacara, que le dolía, pero sabía que si lo hacía se terminaba allí la cosa, por eso que cogiéndola de la cintura, empujé hasta tocar mis huevos con el borde de su culo, ella gritó de tal manera que yo mismo me asusté, pero empecé a moverme muy lentamente, que bonito culo me estaba follando, solo de pensarlo me excitaba aún mas, que delicioso sentir los anillos de su ano apretando mi pene, ella reaccionó y se puso a llorar, mientras yo seguía, al poco tiempo empezó a cambiar el llanto por quejidos para luego empezar a gemir fuertemente, con sus gemidos y la excitación de ver su culo que era mío, no pude aguantar mas y le llene el culo de semen, tuve un orgasmo tan descomunal que creo que mi semen le llegó al estómago, su culito no dejaba de latir a cada intento de sacar mi pene, hasta que se lo saqué despacio.
Me miro, nos vestimos, recobramos la compostura y nos despedimos, al día siguiente tenía otros documentos para que firmara, tenía justificación para otra visita, sería tan placentera como la del día anterior?
Esa es otra historia……….
El comer y el follar solo es empezar.

Volver a “RELATOS ERÓTICOS”

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 28 invitados