Soy un adicto al sexo (1ª parte)

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boybig
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Soy un adicto al sexo (1ª parte)

Mensajepor boybig » Mar Nov 08, 2011 05:51

Son las 4 de la tarde, hace un precioso día de mayo y el calor aprieta como viene haciendo los últimos días. Parecía otra tarde más, pero el destino quiso que mi impresión fuera equivocada. Mi aburrimiento hace mella y me conecto en busca de entretenimiento gratuito, simple e inocente. Ni por la más mínima impresión me hubiera creído unas horas antes, que aquella tarde iba a suponer un antes y un después en hasta entonces mi sencilla vida. Veo un enlace que me llama la atención, es de un chat, yo había oído hablar de lo que suponía aquel tipo de sitios, (mucha gente, de muchos sitios y con pocas opciones de fiabilidad), pero el destino quiso que, entre el aburrimiento y la curiosidad, yo me decantara por abrir ese enlace en busca de lo que de momento ya había conseguido, una emoción diferente.
Me convierto en uno más (siempre dentro de mi inexperiencia) y en pocos minutos, ya veo y entiendo como funciona el tema. Hay mucha gente (la mayoría chicos) pero hablan muy rápido y a la vez, por lo que en principio me cuesta seguir las conversaciones, así que me decanto por mirar la lista de usuarios e ir seleccionando gente para comenzar a hablar en privado. Selecciono a una chica, comenzamos por lo básico y nos decimos de donde somos, cuales son nuestras edades, si tenemos pareja y por supuesto cual es el motivo de que estemos en este lugar. Veo que es mas o menos de mi edad, es de mi misma provincia, no tiene pareja y dice que en principio no busca nada, pero deja entrever que tampoco se cierra a lo que pudiera pasar, como si ella también se diera cuenta de que aquella no iba a ser otra conversación cualquiera, de que en esta ocasión el destino le iba a proporcionar una experiencia que, pasado un tiempo, le resultaría gratificante a la par que interesante.
Llevamos ya una hora hablando y nos entendemos, los dos vemos que el grado de aceptación mutuo comienza a ser elevado, cada vez las preguntas y el interés de la conversación se centra en temas más personales y privados pero no nos molesta, estamos inmersos en una especie de círculo que nos embriaga, que nos hace ser cada vez más curiosos y que a la vez nos va despertando cierto morbo, a la postre decisivo, para lo que en un principio parecía imposible de plantear……una cita a ciegas.
Ella tiene más experiencia en eso de quedar y se nota por como va resolviendo la situación paso a paso sin dudas ni titubeos posibles y se decide a lanzarme la proposición “quedar para tomar un café y conocernos”.
Yo me quedo sorprendido, pensando y recorriendo mil posibilidades en mi cabeza, hace unas horas ni siquiera sabía lo que hacer y ahora me estaban ofreciendo la posibilidad de conocer a una persona que en un principio, parecía muy afín a mi. En ese momento mi parte atrevida toma las riendas de mi subconsciente y en un alarde de valentía (a pesar de las tremendas dudas que me asaltaban) decido aceptar la proposición y tomar gustosamente ese café propuesto desde la lejanía.
Decidimos quedar en un sitio neutro, para hacer las cosas mas llevaderas para las dos partes y sin ningún tipo de prejuicio, nos damos el teléfono para poder estar en contacto por si pudiera surgir cualquier imprevisto. Cojo el coche y salgo de casa, me pongo en ruta pensando en como será el encuentro, y no puedo evitar sentir cierta sensación de morbo analizando todos y cada uno de los puntos sobre el encuentro (será tal como la imagino, cambiará su manera de ser en persona, etc. etc.). Llego al punto de encuentro y de momento ella no ha llegado, espero un poco mientras, a cada momento, mi grado de tranquilidad se va viendo alterado por esa sensación hasta ahora nunca percibida y que , con gusto, iba acrecentando a medida que iba pasando el tiempo.De repente ella llegó, era tal como me había descrito, morena, pelo rizado y largo, un cuerpo sugerente y con buenas curvas que, (gracias al buen tiempo que hacía), se hacía notar en un ajustado vestido que ella portaba y que con estupefacción, yo me había quedado mirando debido a la insinuación que ella despertaba. Nos presentamos y decidimos ir a una cafetería cercana con el fin de estar mucho mas tranquilos y relajados y así, continuar con aquella conversación que habíamos comenzado a través de la pantalla y que, habíamos interrumpido a tenor de la curiosidad por conocernos, que se nos estableció en dicho momento.
Estuvimos hablando largo y tendido durante una larga hora, parecía que el tiempo se nos había detenido y que todo lo que nos rodeaba, no existía, pero esa comodidad que teníamos, iba acrecentando ciertas sensaciones que de algún modo parecían escondidas como queriendo salir y reflejarse de nuevo para saber que aún existían.
Llegó la hora de despedirse, la “cita” había salido a pedir de boca y la sensación mutua parecía ser de querer más, como si los dos quisiéramos seguir y seguir sin la necesidad de cansarnos y ahí llegó un hecho que cambiaría el ciclo de la cita de ahí en adelante. Ella cogió y se lanzó a besarme. Yo en un primer momento, no supe reaccionar y me deje llevar, disfrutando del momento, haciendo intenso cada momento del beso e intercambiando sensaciones muy agradables y deseadas con cada movimiento. Estuvimos un rato largo dedicándonos ciertos besos, caricias y abrazos hasta que ella, en un alarde de sinceridad y deseo, me sugirió que nos fuéramos a un lugar mucho más tranquilo donde poder seguir conociendo esa parte nuestra ahí escondida en nuestras pasiones.
Cogimos el coche y nos fuimos a un aparcamiento de unas instalaciones (que en aquel momento estaban cerradas al público) y nos detuvimos, ella no esperó ni un momento y se abalanzó sobre mí, dando rienda a ciertas sensaciones que parecía estuvieran reprimidas hasta entonces y que el momento de soledad que nos enmarcaba, hacía que salieran a flote. La temperatura iba subiendo por momentos, mientras a cada minuto nos íbamos quitando las prendas de ropa que en aquel momento iban sobrando. Ya estábamos los dos en ropa interior, besándonos, acariciándonos y decidimos pasarnos a la parte trasera para seguir completando la experiencia con más comodidad.
Establecidos ya, ella se desprendió del sujetador, dejando libres esos pechos perfectamente colocados y que permitían ver la perfección y armonía de su cuerpo. Yo me desprendí de mi boxer y ella, al ver mi pene erguido totalmente liberado, se abalanzó ipso facto a completar un masaje oral que hizo las delicias y disfrute de mi persona, como hacía tiempo no me permitían sentir. Trataba a mi pene con mucho mimo, masajeándolo en combinación (mezclando movimientos tranquilos con otros más rápidos) entre sus manos y su boca, haciéndome en ocasiones elevar el grado de mis gemidos a un nivel sonoro algo más elevado y apreciable. Cuando ya llevaba un tiempo considerable con mi pene dentro de su boca, la encaminé hacia fuera, cogiéndole la cabeza y haciéndole ver, que yo ya estaba bien preparado para pasar al siguiente punto. Ella se tumbó boca arriba y yo le quite el precioso tanga de colores (muy humedecido) dejando ver el precioso sexo q ella tenía entre las piernas. No lo llevaba rasurado, sino que le había dejado cierto hilo haciéndolo si cabe mucho mas atractivo y sugerente, cosa que por cierto, despertó en mi cierto morbo ya añadido al que previamente ya había adquirido. Me coloque el preservativo y ella me sugirió y pidió que la penetrara de una vez, que estaba esperando sentirme dentro de ella con todo mi esplendor y que ya tenía ganas de descargar toda la pasión que dentro llevaba. Que yo, había hecho con mis masajes, que estuviera a punto de estallar y que su gozo sólo tendría solución si con mi pene hacía que ese orgasmo tan deseado, saliera a relucir.Comencé a masajear su clítoris con la punta de mi pene, subiendo el ritmo a medida que iba subiendo la lubricación (ya de por sí muy acentuada) y veía que ella iba respirando mas agitadamente. Iba introduciendo cada vez más mi pene en su dilatada vagina, consiguiendo que ella fuera sintiendo cada vez más, toda mi verga en su estado pleno. De repente, en un movimiento seco, todo mi pene entró, haciendo que ella soltará un sonoro gemido, que no hizo más, que despertar mi potencial sexual, comenzando en ese momento a realizar movimientos cada vez más vigorosos y rápidos consiguiendo que ella sintiera todo el placer y la pasión que demandaba.
Nos cambiábamos de posturas, una y otra vez, gimiendo, acariciándonos, sintiéndonos una sola persona y poco a poco desencadenando el placentero final que desde un principio se buscaba “el orgasmo”.
Terminamos y mientras recuperábamos la tranquilidad extenuados, nos mirábamos con cierta complicidad a sabiendas de que, aquello, no era sino un comienzo de algo que no se sabía donde iba a acabar, pero que comenzaba con la mejor de las pasiones y ciertas sensaciones que parecían ya olvidadas por nosotros, deseando ya mismo, volver a repetir esos momentos que parecían únicos.
Nos vestimos y acordamos estar en contacto para cuando los dos, estuviéramos dispuestos a volver a emprender ese viaje a lo adentrado en el placer y la sexualidad que parecía ser que representaban nuestros encuentros, deseando que la complicidad, fuera haciendo crecer exponencialmente todas las sensaciones a niveles increíbles.

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Re: Soy un adicto al sexo (1ª parte)

Mensajepor Volkodlak » Vie Nov 30, 2012 01:30

Me he entretenido leyendo pausadamente tu relato Boybig, a veces las cosas que no se planean son las que mejor salen.

Me ha echo gracia cuando dices eso de que quedasteis en un lugar neutro, como dos diplomaticos para mellar las perezas antes de un conflicto, pero en esta ocasion para bien :D.

Aunque lo cierto que a mi no me va eso de los chats no logro entender nada de lo que escriben en algunas ocasiones con tanta abreviaturas en estos tiempos, soy de la vieja escuela creo que tambien debe ser eso.

Luego lo de eres un adicto al sexo, esperare a la 2ª parte, a ver como continua, que me ha interesado tu relato y ya deseo leer la segunda parte :wink:

Gracias y enhorabuena.
" Nosotros intentamos cambiar el mundo y, desde luego, no lo conseguimos. Ahora, lo que intento, es que el mundo no me cambie a mí "

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